lunes, 27 de julio de 2015

Parte 12: EL FINAL DEL TIEMPO, AQUI Y AHORA








Suzanne Lie
South Bay, California, USA.
http://suzanneliephd.blogspot.com







Yo, Mytria, he venido a tu consciencia desde que dijiste:

“Si, queremos saber, por qué ellos, no nos están ayudando lo suficiente, o... cuándo nos ayudarán?,

todo lo que necesitamos hacer es elevar nuestra consciencia, lo suficiente, como para preguntarles a ellos”.

Por lo tanto, he retornado a tu corazón y mente, para continuar nuestra historia de ascensión.

Es justo que sigamos nuestra historia mientras tú estás en la Búsqueda de tu propia Naturaleza.

Ha habido un pasaje de “tiempo” desde que nos comunicamos la última vez contigo.

Necesitabas integrar lo que se te había dicho sobre nuestra ascensión para permitir que se activara mejor en ti misma.

Más aún, como has estado “lejos” de nosotros, continuamos nuestra historia, después de que estuve lejos de Mytra, por lo que tú puedes contar, como más de 10 años, de los tuyos.

Primero, trataré la pregunta sobre “ayudarnos”.

También nosotros buscamos la ayuda, de aquellos que ya habían ascendido, así como están ustedes ahora.

De hecho, nuestra historia quedó cuando Mytra estaba buscando ayuda de los Arcturianos.

Fue en ese proceso, donde él buscaba ayuda de otros, cuando ganó la ayuda, dentro de sí mismo.

El escenario, arreglado por las frecuencias superiores, de la realidad, fue que él tenía que pelear a su modo para obtener ayuda de los Arcturianos.

Luego, tuvo que ir profundo, dentro de sí mismo, para salvar esa Misión, así como la vida de sus compañeros de tripulación.

En ese proceso, Mytra fue capaz de recobrar su habilidad innata, de la mente sobre la materia.

Mytra no sabía que tenía esa habilidad, pero fue capaz de recobrar ese don, cuando fue vital para completar su Misión.

Ustedes, nuestros amados miembros de Gaia, también serán llamados para encontrar, dentro de su SER, sus desconocidas e innatas habilidades.

Pero, Mytra les dirá más sobre su proceso, cuando yo complete mi historia de autodescubrimiento...


Cuando estaba separada de Mytra, en el caótico momento, de nuestro retorno a nuestra Villa, fui temporalmente valiente.

Tenía que liberarlo a él, hacia su Misión Superior, dar a luz a nuestra hija, y aceptar el proceso de ser, una nueva Madre, sola, todo, en el mismo día.

También tenía que aceptar el hecho que tendría que vivir cada día sin Mytra, sin mi Complemento Divino.

Afortunadamente, los tres, yo, Mytra y nuestra hija, Alycia, nos encontrábamos cada noche, en nuestros Cuerpos Astrales.

Sin embargo, un “abrazo astral” no es lo mismo que un abrazo físico.

Al comienzo, las visitas nocturnas eran suficientes, pero eventualmente, ellas sólo agregaron al dolor, de perder a Mytra.

Estos encuentros nocturnos eran el único contacto, que Alycia había tenido, con su padre, de forma que era normal para ella.

Por otro lado, algunas veces me hacían extrañar a Mytra más.

Después de muchos años de estos encuentros, comencé a dejar que Alycia fuese sola, usando la excusa de que tenía que obtener un sueño profundo esa noche.

Gradualmente, me uní a Mytra y a Alycia menos y menos. Tenía que crear mi propia vida.

No podía sostenerme más a algo que no era parte de mi realidad física.

No sé cuándo decidí, que podría verlo, una vez más, y entonces tendría un final, a esos encuentros nocturnos.

Eventualmente, esa noche llegó.

Por supuesto, Alycia sabía que era una buena noche, para que ella NO se uniera a nosotros, ya que ella siempre sabía lo que había en mi mente.

De hecho, ella podía leer la mente, el corazón, y el aura de cualquiera, todo el tiempo.

Cuando me presenté para encontrar a Mytra sin Alycia, el instantáneamente supo porque.

“No puedo pretender más que esto es suficiente para mí”. Dije antes de perder mi compostura.

“Te esperaré por siempre, pero tengo que encontrar mi SER de nuevo. Cuando me uní a ti tan profundamente, luego di a luz a nuestra hija, me pareció como que perdí una parte de mí. Mis meditaciones han sido sobre cómo esperarte. Todo lo que hago ha sido contigo en mi mente. Me he negado a mi misma amistades profundas, ya que solo puedo pensar en ti...”

Por un breve momento, sentí sus brazos físicos alrededor mío, pero todo lo que podía hacer era sollozar.

Quería más! Eso no era suficiente! Tenía que encontrar algo dentro de mi SER que fuese tan importante como para estar con él.

El sentir de sus brazos, alrededor mío, desapareció. Miró dentro de mis ojos, y dijo, de una manera decepcionada,

“He estado trabajando durante años para manifestar mi forma contigo, pero he esperado demasiado. Te he perdido”.

“No, no”, lloré. “No me has perdido. Nunca me perderás. El problema es que me he perdido a MI MISMA”.

“Entiendo”, es todo lo que dijo..., al desaparecer su cuerpo astral de mi visión.

Sabía que él no quería mostrarme cuánto lo había herido.

Sabía que él había entendido, pero aún estaba enojada y herida.

“Bien”, pensé, “ Puedo usar éste enojo para liberarlo”.

Alycia aún se encontraba con Mytra cada noche, pero no me dijo nada sobre sus encuentros.

Estaba muy feliz sobre sus encuentros. Ella merecía tener tiempo personal con su padre, y él merecía ver su cambio y crecimiento.

De hecho, Alycia estaba creciendo mucho más rápido de lo normal.

Habían pasado tan sólo unos diez años, pero ella era casi adulta.

Sabía esto porque ella era también la manifestación del Elohim Alcyone.

Estaba triste, que Alycia, no me necesitara de la misma manera, pero también sabía, que era tiempo, de dejar de esconderme de mi propio poder.

Recuerdo cómo, hace mucho, era capaz de conectarme con la Madre, de una manera profunda e íntima.

No obstante, parecía que había perdido ese poder, cuando me volví madre.

Qué tenía que hacer? Quién tenía que ser?

Estaba pensando sobre aquel día, de nuestro retorno a la Villa, cuando perdí a Mytra, Alycia nació y me perdí a MI MISMA.

Podía de alguna forma re-trazar aquel día?

Dónde y cuándo, perdí mi profunda conexión con la Madre?

Fue entonces cuando escuché la Voz Interna, por primera vez, desde aquel día.

“Encontrarás tu respuesta dentro de mi útero”, escuché decir a la Madre.

Pero luego Su voz fue silenciosa.

Mi primer mensaje fue encontrar el útero de la Madre.

Por días, pasé por todos mis deberes repetidamente, “La Matriz de la Madre."

Dónde está el útero de la Madre?”.

Entonces, una mañana, desperté con la respuesta.

El útero de la Madre era la Roca Sagrada en la cual había entrado, de alguna manera, el día que la conocí a Ella, en su forma de Elohim Alcyone.

Tenía que retornar allí. Tenía que retornar, ahora mismo.

De nuevo, empaqué, un equipaje liviano, y partí temprano, al amanecer.

Sólo por ésta vez, primero informé a Alycia, que entendió completamente, por qué tenía que ir.

Habían pasado muchos cambios en nuestra Villa, y en nuestra forma de vida, desde entonces.

Todos sabían que los Arcturianos nos habían dado protección temporaria de nuestros enemigos.

Sin embargo, también sabíamos que teníamos que participar activamente en la ascensión, de la cual habían hablado.

Vivir todos esos años en el Templo Violeta me habían protegido del miedo, y de la confusión, que era tan común en la Villa.

No obstante, mi gente necesitaba algunas respuestas, y éstas respuestas sólo podían venir de la Madre.

Caminé por dos días y medio, antes de encontrar la Roca Sagrada.

Había cambiado el paisaje de los alrededores, pero el escudo de energía, al cual sólo podía entrarse, al “ser invitado”, protegía la Roca Sagrada, y su área colindante.

Sentí una sensación de flotar, cuando me moví a través del escudo.

Entonces, tuve que moverme a través de varios arbustos, antes de poder encontrar el lugar exacto, en la roca, que una vez me había llevado al útero de la Madre.

Una vez que encontré la Roca, investigué el área.

Pasé la mayor parte de lo que quedaba del día limpiando la cueva vecina y arreglando mi hogar temporario.

Cuando la cueva estaba reparada completamente y convertida en un cómodo hogar, me paré a observar la cueva.

Fue entonces que caí al suelo sollozando...

Cada recuerdo, de mi tiempo allí, con Mytra, me sobrecogió, y estaba abrumada con la tristeza.

No me había permitido, sentir la tristeza, desde que lo había quitado de mi vida, y se sentía bien liberarlo finalmente.

Cuando no pude llorar más, me arrastré hacia lo que había sido nuestro lugar de dormir, poniéndome en posición fetal, y durmiendo como una niña.

Desperté como una persona nueva, con la mente clara y determinada, a cumplir mi destino.

Fui al pequeño estanque, que aún estaba allí, pero un poco crecido.

Entonces, sin pensar, pasé la mayoría de la mañana quitando plantas, que habían crecido, invadiendo el estanque, y limpiando el barro que se había asentado, entre las plantas.

Entonces, recreé la roca donde hacía fuego, moví algunas rocas para hacer un asiento alrededor del fuego, y limpié el área, de piedras y plantas no deseadas.

Incluso arreglé el área que había sido alguna vez mi pequeño jardín, y planté las semillas que había traído conmigo.

Ahora, era tiempo de aclarar el camino, a la Roca Sagrada, y quitar plantas no deseadas del Portal, hacia la Matriz de la Madre.

Había llegado a darme cuenta de que la Roca Sagrada era un poderoso Portal, pero no le había dicho a nadie sobre ello, ni siquiera a mis mejores amigos, en el Templo.

Mi primera iniciación había sido cuando fui guiada a esa área.

Mi segunda iniciación, que era AHORA, era proteger este Espacio Sagrado.

Con ese pensamiento en mi mente, de repente, recordé que el Arcturiano había susurrado en mi Alma, aquella primera vez, en la Matriz de la Madre:

“Tú eres la Guardiana de la Llama Violeta”.

Había olvidado aquel mensaje, porque no sabía qué era la Llama Violeta.

Sin embargo, la mayoría de mis lecciones en el Templo habían sido sobre el poder de transmutación, que estaba contenido en el Fuego Violeta.

Nosotros, a menudo, hablamos sobre el “mito” de ese Fuego, pero nadie supo qué era, o dónde estaba, ni siquiera yo misma.

Había estado tan distraída, con la pérdida de Mytra, que mucho de lo que había aprendido, fue a mi mente inconsciente.

Ahora que estaba de vuelta en la Tierra de la Madre, todas las piezas del rompecabezas, caían en su lugar, juntas.

No obstante, sólo sabía lo que se suponía que debía hacer en el AHORA.

Una vez hecho, supe también qué hacer en aquel AHORA.

Fue similar a muchas de las rocas que había movido.

Estaba solamente AQUÍ y AHORA.

Encontré esa experiencia maravillosa.

No podía recordar que el pasado y el futuro eran AHORA.

Había olvidado lo que había pasado antes, excepto por Mytra, Alycia y mis queridos amigos, y no tenía sentido del futuro.

Sólo el amor pudo guiar mis pensamientos, y mi única emoción fue la claridad.

Nunca había pensado en la claridad como una emoción, pero descubría que era la única emoción que quedaba, cuando estaba completamente enfocada, en el AQUÍ y el AHORA.




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