lunes, 27 de julio de 2015

Parte 21: ESPERANDO LA LUZ









Suzanne Lie
South Bay, California, USA.
5 de setiembre, 2012.
http://suzanneliephd.blogspot.com






Mi “nueva persona” decidió ir al salón comedor, en vez de comer solo en el cuarto. 

Poco sabía de lo que había ocurrido allí. 

Tomé mi ducha sónica, aunque no quería lavar nada de la energía Arcturiana de mi cuerpo. 

No obstante, era un viejo hábito tomar un baño en las mañanas y así lo hice.

Mientras estaba en la ducha, me pregunté cuántos de mis viejos hábitos me dejarían ahora. 

No tenía idea de que mi vida me llevaría por esta experiencia. 

No tenía idea CONSCIENTE de que mi vida iría por éste camino. 

Pero, hubo siempre “algo”, que se movió alrededor en mi mente, que había algo “más”. 

No tenía idea qué era eso, “más”, pero el sentimiento creció a medida que maduraba.

Ahora, estaba en una Nave Estelar Arcturiana, y había experimentado estar dentro de un Arcturiano. 

Mi mente tambaleaba ante el concepto de existir dentro de otro Ser, cuando un pequeño enojo comenzó a crecer dentro mío. 

“De dónde venía eso?”, me pregunté a mí mismo. 

Saqué el enojo fuera, me vestí y fui al comedor.

Tan pronto como llegué allí, supe que había sido una mala idea. 

Miré alrededor, a toda la gente “normal”, al menos eran normales para su mundo, y supe que no encajaría allí. 

No encajaba más en mi viejo mundo, ni encajaba en ese mundo. 

Miré alrededor de la sala y me pregunté cuántos de ellos habían experimentado lo que yo había experimentado. 

Entonces, me reprendí a mí mismo por ser elitista. 

Pero, no me sentía mejor que ellos. Sólo me sentía, fuera de lugar.

Cómo, y con quién, podría compartir lo que había estado sucediéndome? 

Por otro lado, cómo podría mantener todo esto dentro de mí? 

Con este último pensamiento, comencé a sentir tanta presión en mi cuerpo que era como un estallido. 

NO, no quería estar tan solo. 

Fue demasiado duro, para dejar mi familia, abandonar mi Villa, no regresar a mi hogar con mis compañeros. 

Ellos serían recibidos como héroes, y fui yo quien había salvado el día!

De donde venía ese sentimiento arrogante?? 

Obviamente, no estaba listo para la vida pública en ese momento.

Giré con tanto apuro que choqué con un alto Antariano. 

Cuando me gruñó, como los Antarianos hacen a menudo, le grité que saliera de mi camino. 

Lo empujé de una manera combativa. 

Si él no fuera un mejor hombre, hubiésemos tenido una lucha, justo allí, en el comedor.

Mortificado por mi conducta, literalmente corrí lejos de ese lugar, y a través de los corredores, en un desesperado intento por encontrar soledad. 

Estaba tan enojado, temeroso y triste, que nunca consideré regresar a mi cuarto.

“Al completarse el Ciclo, lo que fue dejado, en la oscuridad, debe ser liberado en la Luz”, vino la voz del Arcturiano dentro de mi cabeza.

“Dónde estás? !!”, grité de una manera un poco vergonzosa.

Rápidamente me di cuenta de lo que había hecho, me traté de retractar. 

Desafortunadamente, sólo pude encontrar más enojo. 

No vocalicé ese enojo, pero ya que el Arcturiano leía mi mente, mejor de lo que yo podía, bien podía haber gritado.

No hubo respuesta. 

Sabía que no había escuchado, lo que recién había dicho el Arcturiano, de manera que, por qué me diría algo más? 

Me di cuenta de que, en mi forma de ira “inconsciente”, me había dirigido a la holocubierta también, de forma inconsciente. 

Ya que estaba allí, entré. 

El mismo programa de "Firmas de Frecuencias" estaba corriendo. 

Realmente, estoy seguro que el Arcturiano podía ver, en su AHORA, que terminaría aquí, y que necesitaría la familiaridad de algo, aunque fuese un holoprograma.

Me senté en la roca familiar, y ponderé lo que el Arcturiano quería decir con “Al completarse el Ciclo...”. 

Estaba consciente de que un ciclo de mi vida había sido completado, definitivamente, y que nunca sería la misma persona, pero por qué el enojo? 

Bueno, por supuesto, era porque me sentía fuera de control. 

Como un guerrero de larga trayectoria, "fuera de control" era la cosa más atemorizante, el miedo tenía que ser transformado en ira, si el guerrero quería sobrevivir.

Quizás, era el ciclo de ser un guerrero el que estaba terminando, porque nunca sería capaz de tomar una sola vida más. 

Tal vez tenía que drenar fuera, el último remanente de enojo, que me había permitido sobrevivir al miedo, que no me permitía sentirlo en las batallas?

“Sientes aún enojo?”, sonó la voz del Arcturiano dentro de mi cabeza.

Mi primera reacción fue ponerme molesto, con el Arcturiano, porque no me hablaba “cara a cara“ como un hombre! 

Por supuesto, era ese enojo combativo de nuevo. 

El Arcturiano no era un “hombre”. 

De hecho, ni siquiera estaba seguro si era un humanoide. 

No obstante, me di cuenta de que no quería ponerme molesto con éste Ser, tan asombroso, quien me había enseñado tanto. 

De hecho, comencé a sentirme muy arrepentido sobre mi conducta, así como mis pensamientos negativos, y emociones descontroladas.

“Es importante liberar eso que ya no necesitas”, dijo la voz familiar.

El concepto de no necesitar el miedo, el enojo y la tristeza, fue conmovedor. 

Cómo me habría protegido a mí mismo sin mi miedo?, cómo habría luchado mis batallas sin la ira? y penado mis pérdidas sin mi tristeza?

“Aún disfrutas creando esos aspectos de tu realidad?”, preguntó calmadamente el Arcturiano, como si tuviera opción.

“Siempre tienes una opción”, respondió el Arcturiano, a mis pensamientos. “TU eres el creador de tu realidad”.

Espera un momento..., pensé. 

Había dicho el Arcturiano, recién, que yo había creado una vida de guerra?, que había puesto en peligro a mi Villa?, que había perdido a mis compañeros? 

El enojo comenzó a elevarse dentro de mí como una tormenta de fuego.

Quería gritarle al Arcturiano por culparme por todo lo que había sucedido en mi mundo, cuando repentinamente, sentí un dulce y amoroso manto a mi alrededor, como una cálida sábana. 

Por primera vez en mi vida entera me sentí a salvo, no a salvo porque estaba protegiendo, sino seguro, porque estaba siendo protegido.

“Querido Mytra, ese sentimiento es el que le has ofrecido a otros. Está justo debajo de tu enojo. Después de todo, cómo puedes darles a otros lo que no tienes dentro de ti?”.

“Pero, pensé que el sentido de seguridad venía de ti”, respondí.

“No Mytra, la seguridad que sentiste vino desde dentro de ti. Nosotros sólo amplificamos eso que ya está allí”.

Supe que sentí miedo, tristeza, e incluso amor. 

Pero nunca había pensado que me había sentido seguro. 

Con ese pensamiento, mi mente se llenó de imágenes de mi niñez con mis padres...

Nuestro mundo estaba bajo ataque, pero ellos nunca me lo hicieron sentir. 

Me protegieron de su miedo, su enojo, e incluso su tristeza. 

Cuando estaban conmigo, ellos siempre me hicieron sentir a salvo y amado.

Comencé a sollozar, pero no de tristeza, sino de gratitud, por el maravilloso regalo que ellos me habían dado. 

Ellos sacrificaron todo para darme lo que necesitaba, y me dijeron constantemente que era especial, y que haría grandes cosas un día.

Pero, mientras estaba fuera, en la escuela, una bomba los había matado. 

Estaba tan devastado que olvidé sobre la seguridad que me habían dado, y la reemplacé con tristeza, miedo y odio. 

Comencé a llorar inconsolablemente cuando me di cuenta del regalo que me habían dado y en quien me había vuelto.

“Te has vuelto el gran despierto que eres, en éste AHORA. Tus padres te dieron la seguridad que necesitabas para ganar el coraje para ser un guerrero. Ahora, debes llamar a ese coraje para pelear tu propia batalla interior”, habló el Arcturiano.

“Sin embargo, no pelearás esta batalla interior con enojo y miedo, porque cada emoción que expresas es amplificada por tu expresión. Por lo tanto, nuestro querido Mytra, pelearás esta batalla interior con el amor Incondicional por tu SER”.

Por lo que pareció una eternidad, estuve silencioso en mis palabras, y en mis pensamientos, y en mis emociones. 

Este silencio profundo me confortó, y me llevó a mi Centro. 

Nunca había pensado en tener un Centro, pero allí estaba. 

Era un lugar dentro del Centro de mi cuerpo, que estaba absolutamente quieto. 

No había pensamientos, ni sentimientos, ni imágenes, nada!!

Sólo había el silencio de la oscura noche, antes del amanecer. 

Había revivido mi noche más oscura, pero no era el amanecer aún. 

Pienso que el Arcturiano apagó el holoprograma, porque la oscuridad en la habitación era tan absoluta, como la oscuridad en mi Centro.

El miedo intentó quitarme de ese profundo vacío interior.

La tristeza quiso llenarme con sus lágrimas.

El enojo quiso pelear a su modo con el amanecer.

Pero el Amor, el Amor Incondicional, me hizo sentir seguro, y pude pacientemente esperar por la luz.

Y esperé!!




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